Como usuario de PC desde 1998, inicialmente utilicé computadoras de escritorio. A partir de 2004, comencé a experimentar con portátiles, pero durante muchos años mis preferencias y recomendaciones se inclinaron hacia las computadoras de escritorio debido a ciertas limitaciones en los portátiles que hoy en día han desaparecido. En esta entrada, deseo compartir mis observaciones al respecto.
Tradicionalmente, las computadoras de escritorio han ofrecido una mayor capacidad de procesamiento que los portátiles, especialmente en cuanto a CPU y GPU. El costo de una CPU también ha sido significativamente menor en comparación con un portátil. Cabe destacar que no he sido partidario de las All in One y nunca las he recomendado, por lo que no las incluiré en esta comparación.
Si bien es cierto que la configuración inicial de una computadora de escritorio requiere la compra de un monitor, un mouse y un teclado, esta inversión suele ser única. Posteriormente, es posible adquirir únicamente la CPU, sin necesidad de invertir en estos componentes, a menos que se desee actualizar a tecnologías más avanzadas, como cambiar un monitor LED a LCD o pasar de Full HD a QHD o 4K.
Otra ventaja de las computadoras de escritorio es su capacidad de modificación y expansión de hardware. Es posible agregar más memoria RAM, discos duros o incluso cambiar la tarjeta gráfica, por mencionar algunos ejemplos. En contraste, estas modificaciones son más complejas en los portátiles.
De hecho, al comparar una computadora de escritorio de alta gama con una tarjeta gráfica NVIDIA y un portátil con una tarjeta gráfica de la misma referencia, se observan diferencias significativas en el hardware y, en consecuencia, en el rendimiento. La versión de escritorio suele ofrecer mayor potencia.
Un aspecto que deseo destacar es que mis preferencias en sistemas operativos para computadoras siempre se han inclinado hacia Linux. En la mayoría de las ocasiones, este ha sido el sistema operativo que he utilizado. Sin embargo, en el ámbito laboral, en diversas ocasiones me ha tocado trabajar con Windows (XP, 7 y 10). A pesar de ello, he recomendado Linux a otras personas y he tenido la oportunidad de conocer todas las versiones de Windows, incluyendo la actual, Windows 11. Desde 2020, el sistema operativo que utilizo para mi trabajo es Chrome OS y Linux, mientras que para temas personales he optado por macOS desde 2023.
Reconozco que las computadoras portátiles ofrecen mayor portabilidad, de ahí su nombre, ya que permiten trasladarlas y utilizarlas en cualquier lugar. Sin embargo, siendo honesto, durante muchos años, las portátiles fueron dispositivos muy pesados y no ofrecían las mismas capacidades de cómputo que un ordenador de escritorio.
A la cuestión del peso de las computadoras de escritorio en el pasado, se suma el tema de la batería. Estas computadoras no tenían la capacidad de funcionar durante muchas horas sin estar conectadas a la corriente eléctrica. En los últimos años, con la aparición de portátiles con buenas especificaciones de hardware, similares a las de los ordenadores de escritorio, hemos observado que solo alcanzan su máximo rendimiento cuando están conectadas a la corriente, pero su rendimiento disminuye considerablemente al funcionar con batería.
Es por esta razón que, durante muchos años, deseé tener la portabilidad en los dispositivos móviles y no consideraba las computadoras portátiles como una opción viable. Eran de menor potencia, más costosas, pesadas y, además, requerían estar conectadas al cargador para obtener un rendimiento óptimo.
En efecto, a lo largo de mi trayectoria profesional he utilizado computadoras portátiles, pero siempre las he complementado con un monitor externo, un mouse y un teclado. Si bien en ocasiones he asistido a reuniones utilizando únicamente la portátil, la mayoría de las veces he necesitado llevar el cargador y conectarla a la corriente para prolongar su autonomía.
Otro aspecto que no me ha convencido de las portátiles es el trackpad. A pesar de haber utilizado equipos de marcas reconocidas como Toshiba, HP, Dell, Lenovo y Asus (generalmente de alta gama), nunca he logrado una experiencia satisfactoria con este dispositivo, por lo que he preferido utilizar un mouse externo.
Asimismo, hace algunos años se popularizaron las portátiles de tamaño reducido (conocidas como Notebooks) que contaban con una CPU y memoria RAM limitadas. Afortunadamente, este tipo de dispositivos dejó de comercializarse, ya que su rendimiento se veía afectado al instalar aplicaciones como navegadores web o el paquete Office. Es posible que los Chromebooks de bajo costo hayan mantenido este tipo de hardware, pero al utilizar Chrome OS, que no permite la instalación de aplicaciones externas, el problema de rendimiento no era tan evidente y su duración era mayor.
A partir del año 2018, observé que los procesadores ARM en servidores representaban una opción interesante. En esa misma época, los procesadores de dispositivos móviles habían alcanzado un nivel de potencia suficiente para ofrecer capacidades en portátiles. Si bien probé opciones con Mediatek en una Lenovo Chromebook Duet, el procesador no cumplió con mis expectativas. Fue con el lanzamiento de las Macbook con procesador Apple Sillicon por parte de Apple que la situación comenzó a cambiar.
De hecho, en 2023 escribí una entrada sobre el futuro de los procesadores ARM y otra sobre el éxito de Apple con sus procesadores Apple Sillicon, las cuales recomiendo leer para obtener más detalles. En esta entrada, me enfocaré en los procesadores X Elite de Qualcomm.
Considero que los procesadores ARM han llegado a la competencia y ahora existen opciones muy recomendables. Los portátiles con procesadores ARM son la mejor opción, ya que ofrecen portabilidad con un dispositivo liviano que puede funcionar durante muchas horas con batería, sin necesidad de conectarse a la corriente, y al mismo tiempo, brindan la máxima potencia.
Es posible que en este momento, con los procesadores Qualcomm, Windows no esté completamente optimizado para la arquitectura ARM y que muchas aplicaciones aún no lo estén. Sin embargo, es probable que con el tiempo esta plataforma en Windows se optimice para esta nueva arquitectura. Si bien podrías considerar otras opciones como Linux o Chrome OS, estas tienen una oferta de aplicaciones más limitada.
Si buscas una computadora portátil con buen rendimiento en este momento, te recomiendo una MacBook de Apple. Estas ya cuentan con un procesador ARM llamado Apple Silicon, desarrollado por la propia compañía. El sistema operativo, macOS, está optimizado para esta arquitectura y la mayoría de las aplicaciones para macOS también lo están.
En mi experiencia personal, la MacBook ha sido la primera computadora portátil que he podido utilizar de manera efectiva en modo portátil, es decir, sin necesidad de una pantalla externa, mouse o teclado. Además, me he sentido cómodo utilizando el trackpad, incluso prefiero los gestos y la experiencia del trackpad de la MacBook a un mouse convencional.
Si buscas una computadora de escritorio, te recomiendo la Mac mini M4, la cual analizo en detalle en otra entrada.
Para finalizar, si busca adquirir una computadora con arquitectura Intel (o AMD), le recomiendo considerar una computadora de escritorio. Es probable que si requiere una computadora con procesador Intel sea porque utiliza software especializado diseñado para esta arquitectura (incluidos juegos de PC) y necesita un equipo con gran potencia para tareas gráficas, desarrollo de programas o virtualización. En este caso, una computadora de escritorio sería una mejor opción debido a las razones mencionadas anteriormente. Además, si necesita una tarjeta gráfica de alto rendimiento, como una NVIDIA, encontrará que su versión para computadora de escritorio es superior a su versión para portátil. En cuanto al procesador, le recomiendo un Intel Core i5 como mínimo, pero preferiblemente un Core i7, Core i9 o Xeon, que son los utilizados en servidores.
En el caso de portátiles con procesadores Intel (o AMD), le recomiendo un Core i5 como mínimo. Sin embargo, si busca un portátil de alta calidad, le sugiero considerar uno con procesador ARM. Actualmente, existen opciones con procesadores Qualcomm o Mediatek, y los modelos con procesador X Elite son excelentes opciones. También puede considerar los Macbook de Apple. Con cualquiera de estas opciones, disfrutará de una autonomía real y podrá trabajar durante más de 14 horas (o más de 20 en los Macbook) sin necesidad de conectar el cargador.
Finalmente, dado que dos de los productos que he recomendado en esta entrada son de Apple, la Mac Mini M4 para escritorio y los Macbook para portátiles, me gustaría aclarar que he llegado a esta recomendación debido a su arquitectura ARM con el procesador Apple Silicon. Años atrás, cuando los Mac pasaron de PowerPC a Intel, dejé de recomendarlos porque presentaban las mismas limitaciones que comento en esta entrada. Además, eran costosos y la competencia ofrecía opciones con el mismo hardware a la mitad de precio. Sin embargo, ahora, con los Apple Silicon, Apple mantiene los mismos precios, pero con procesadores muy superiores a los de Intel y optimizados para tareas de oficina o desarrollo, edición de video, etc. La única recomendación para no comprar una Mac sería si se requiere un programa no disponible para macOS, si se necesita una tarjeta gráfica NVIDIA y no se dispone de las integradas en los Mac, o si el caso de uso requiere un hardware muy potente, como procesadores Core i9 o Xeon, o una cantidad de RAM superior a 64 GB.
NOTA: Artículo reescrito con Apple Intelligence el 6 de marzo de 2025